Tal vez el espacio con las mejores vistas de todo nuestro lugar…
Al estar en el punto más alto de las Casas del Acantilado, la Shala, que en sánscrito quiere decir "escuela" o "casa", cuenta con asientos en primera fila para ser testigo de los atardeceres más espectaculares del Pacífico. Y si no, por lo menos de los que encabezan la lista de gente que ama ver al sol ponerse en el horizonte del mar.
Practicar yoga o cualquier ejercicio de consciencia en este salón, es una experiencia sublime que despertará todos tus sentidos y logrará que te hagas un poco más consciente de ti mismo y el espacio que estás ocupando.
Junto con el vaivén de las olas, el sonido del viento colándose entre las hojas de los árboles espías, acompaña tu respiración y movimiento convirtiéndolos en un cause fluido que se disuelve en la percepción del tiempo.
Aquí, nos olvidamos del tiempo, y de los problemas y de los pendientes, y nos movemos y respiramos para volvernos a conectar con la parte más secreta de nuestro ser.
Este Shala también puede ser usado para dinámicas grupales, proyecciones, conferencias, juntas, actividades alternativas y/o cualquier proyecto que fomente el desarrollo humano.